La Historia de Mis Mascotas
A través de mi vida he adoptado más de cuarenta (40) perros. Han sido perros de todos los tamaños y colores. Mi primer perro fue cuando tenía seis (6) años, un perro pequeño que llamé “Llanero”. A los siete (7) años mis padres se fueron para Nueva York y tuve que dejarlo en Puerto Rico con mis abuelos. Cuatro (4) años después regresamos a Puerto Rico y mis abuelos me informaron que Llanero había muerto. Mientras estaba en Nueva York no tuve mascotas.
Al regresar a Puerto Rico, a los pocos años tuvimos, eran de la familia, mis primeras mascotas adoptadas. En aquellos años no se tenía conciencia de llevar mascotas a veterinarios, ni de darle medicamentos recetados. Lo básico era tenerlo en el patio, darle comida y bañarlos. Si se enfermaban se les daban medicinas y tratamientos caseros.
El profesional de la salud animal más cercano eran los agrónomos del Servicio de Extensión Agrícola. Estos eran como los médicos generalistas de plantas y animales. Trabajaban con los agricultores y ganaderos del pueblo. Casi todos los residentes tenían mascotas satas. Nadie se preocupaba por el robo de mascotas. Los perros se podían tener sueltos por el patio o atados con sogas o cadenas. Muy pocos se preocupaban por que se perdieran.
Los gatos se tenían sueltos en la libre comunidad. Los perros se podían tener sueltos por el patio o atados con sogas o cadenas. El ganado se tenía en cercados. Los cerdos en corrales. Caballos se tenían amarrados o en cercados. Los cabros en cercados. Los caballos, ganado, cabros y cerdos como representaban medios para generar dinero, por esos si había preocupación por su robo.
Aunque muchos de mis perros los mantenía sueltos y hasta con el portón abierto, ninguno se me perdió. No se conocía nada de las chapitas, menos se conocía de los rastreadores ni de microchips. No había la tecnología.
Cuando morían eso perros, los enterrábamos en los terrenos de la finca de la familia. Prácticamente, tenemos un cementerio de mascotas en las fincas.
Según fueron pasando los años fuimos despertando conciencia sobre el correcto cuidado de las mascotas. Especialmente, cuando se nos murió un perro que toda la familia quería mucho. Nos dimos cuenta que si hubiéramos cuidado mejor a ese perro, Pirulo, nos hubiera vivido más años y felices. Poco después adoptamos a un chihuahua, Señor Topito, a éste lo mantuvimos dentro de la casa, no lo hacíamos antes con los perros anteriores.
A Topito le dimos atención especial y rapidito lo llevamos al veterinario. A su debido tiempo lo esterilizamos, se le comenzó a dar la pastilla mensual para el corazón y gusanos. Se le dio tratamiento para pulgas y garrapatas. Se le baña con champús para canes. Se le lleva a pasear. Se le mantiene con collar con chapita de identificación. Tiene otra chapita con un código QR por si se pierde cualquiera puede con un celular detectar nuestra información.
Cuando se tiene en el patio, se mantiene el portón de entrada al solar cerrado. Nunca se le deja solo. Se juega con frecuencia con él. Es super inteligente, aprende bien rápido las cosas. Antes no júgabamos con los perros, sólo se tenía y ya.
Al poco tiempo después, adoptamos a Evaristo, otro semi chihuahua sato. El mismo proceso que con Sr. Topito. Este vino con una serie de condiciones de salud que trabajamos rápido con el veterinario. Tiene su chapita sencilla y la de código. Con éste hay que tener más cuidado porque se tarda en aprender cosas.
Después vino Antonella, perra chihuahua que nos trajeron de otro pueblo. Le encanta ladrar. Ésta además de las chapitas tiene un microchip. Mismo proceso que los otros.
Después de Antonella llegó Bella. Todo el mismo proceso. Está es super activa. Tiene una increíble energía.
Había un perro que se paseaba por todo el vecindario. Le puse el nombre de Carmelo el sociable. Aunque en los diferentes hogares que él visitaba le tenían un nombre diferente. Lo íbamos a adoptar para que no estuviera en la calle. Más, en una ocasión, un auto lo golpeó, ya que Carmelo cruzó la calle de momento. Un vecino lo llevó al veterinario. Le dí la mitad del costo del tratamiento. Este vecino siempre estuvo interesado en él, lo quizo adoptar y se lo cedimos.
El último que nos llegó a esta fecha (enero 2022): Pistacho, el viejito. Ya mayorcito. Éste llegó un 31 de diciembre 2020 huyéndole a las explosiones de pirotecnia. Le dimos agua, comida y refugio. Consideró que eso era para que se quedara, y se quedó. Pasó por todo el proceso de cuidado veterinario e higiene. Esterilizado, vacunado, bañado, alimentado y hospedado. Pasó por todo el proceso de cuidado veterinario e higiene.
Nosotros caminábamos por la pista pública como forma de ejercicios. Nos llevábamos a nuestros perros.
En una ocasión, caminábamos por la pista, cuando Evaristo, huyéndole a otro perro, salió corriendo fuera de la pista y no lo encontrábamos. Diez personas estuvimos buscándolo por toda el área. Tres horas después lo encontramos escondido en la marquesina de una casa.
Ahí comprendimos que aunque cuidamos bien a nuestras mascotas y tenían las chapitas, necesitábamos algo más seguro y confiable por si se perdían. Investigamos y nos dimos cuenta que el próximo paso era comprarles un rastreador GPS para mascotas.
Con esta tecnología se puede localizar a la mascota en cualquier sitio donde esté. No hay que volverse locos búscandola, adivinando dónde pueda estar. Ya los tenemos equipados con los rastreadores.
Las chapitas, microchips y rastreadores son importantes para proteger a nuestras mascotas. La inversión de dinero no es nada comparado con la tranquilidad mental que se tiene. Una mascota puede perderse o robarse en cualquier momento. No importa cuán cuidadosamente uno la proteja. Un desliz y ya la mascota no está.
Aprendimos que nuestras mascotas además de ser parte de nuestra familia, nos sirven de terapia. Alegran nuestras vidas. El saber que están bien alimentadas, saludables, felices, protegidas alegra nuestras vidas. Somos una familia perrihumana.
De hecho, el Señor Topito es el gran apoyo emocional de un miembro de mi familia.
Ahora, estamos pendientes de los perros de los vecinos y les damos ligeros comentarios para cómo tratarlas bien.
Estamos caminando por una urbanización y saludamos con casi todos los perros que hay en nuestra ruta. Dialogamos con los dueños de ellos. Todos bien cuidados.
Hay que notar cuánto les fascinan que los acaricien. Cuando hay más de uno se empujan unos a otros buscando las caricias que uno le da. Les encanta que uno les sobe en la cabeza y debajo del hocico.
Todas estas experiencias y ver también el maltrato que pasan muchos animales en las calles, abandonados, a veces hasta en las mismas casas donde los tienen, me motivaron a postear en Facebook sobre lo importante de tratar bien a los animales.
Aunque uno no lo crea, existen personas que no se percatan que están maltratando a los animales. No se dan cuenta que ellos sufren mucho por ese maltrato.
Esto también me motivó a crear este websitio sobre cómo proteger nuestras amadas mascotas y a los otros en la calle y en casas que hay que despertarles conciencia que los animales son seres vivos, no son juguetes ni objetos que se pueden golpear, no alimentar, no llevarlos al veterinario y no cuidarlos.
La pirotecnia, fuegos artificiales, truenos, tormentas, ruidos excesivos, también les hace mucho daño.
Hay que dedicarles calidad de tiempo y espacio.
Este websitio irá creciendo y le irá añadiendo más temas sobre el cuidado y protección de nuestras tan amados peluditos de cuatro patas.
Aunque he tratado aquí sobre perros, esto también aplica a gatos y a otros animales.
Me encantan los gatos, pero a mis peluditos no. Así que los gatos se los dejos a varios de mis vecinos que sí tienen. Hay uno que todos los años gana competencias de Purina: el ilustre y célebre Leo.
Vea otras páginas en este websitio donde ofreceré sugerencias de formas de cómo cuidar con excelencia a su amado peludito. Conductas, productos, servicios, etc…
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Con mucho amor canino y felino,
Luis Antonio
Me gustaría que usted comparta en la sección de comentarios sus experiencias con sus mascotas…